A 60 años, revive la Casa Curutchet y la historia de un médico platense que convenció al maestro Le Corbusier
Se cumplen 60 años de la inauguración de la Casa Curutchet, y este aniversario coincide con la terminación de las obras de puesta en valor en cuanto a tratamiento de todas las superficies de esta vivienda, la única que proyectó el maestro Le Corbusier en el continente americano. Fueron realizadas por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires –CAPBA- con la colaboración de la empresa de pintura Tersuave, logrando que hoy luzca como en su estado original en 1955. Quienes visiten esta casa-museo –donde se rodó la película “El hombre de al lado”- podrán experimentar lo que significó la vanguardia de la arquitectura moderna en el mundo. También se podrá conocer a través del director del museo, el Arq. Julio Santana, la increíble historia del médico platense que logró convencer a uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, el suizo-francés Le Corbusier, para que proyectara su casa y consultorio en la ciudad de La Plata.
Se cumplen 60 años de la inauguración de la Casa Curutchet, y este aniversario coincide con la terminación de las obras de puesta en valor en cuanto a tratamiento de todas las superficies de esta vivienda, la única que proyectó el maestro Le Corbusier en el continente americano. Fueron realizadas por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires –CAPBA- con la colaboración de la empresa de pintura Tersuave, logrando que hoy luzca como en su estado original en 1955. Quienes visiten esta casa-museo –donde se rodó la película “El hombre de al lado”- podrán experimentar lo que significó la vanguardia de la arquitectura moderna en el mundo. También se podrá conocer a través del director del museo, el Arq. Julio Santana, la increíble historia del médico platense que logró convencer a uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, el suizo-francés Le Corbusier, para que proyectara su casa y consultorio en la ciudad de La Plata.
La Casa Curutchet de La Plata fue diseñada por el maestro suizo-francés Le Corbusier para el cirujano Pedro Curutchet, siendo la única vivienda proyectada por el arquitecto en el continente americano y su única obra materializada en Latinoamérica. En 1948 el Dr. Curutchet, quien no tenía ningún vínculo en particular con Le Corbusier, aprovecha un viaje de su hermana a Paris y le pide que le lleve al gran maestro de la Arquitectura Moderna los planos y fotos de un terreno de 180 m2 que recientemente había adquirido en La Plata. Le Corbusier aceptó el encargo de esta obra, muy pequeña en comparación a la escala que trabajaba en ese momento, con emprendimientos urbanos como el complejo Chandigarh, en India. Nunca se supo con exactitud el motivo del interés del arquitecto, sin embargo dos razones pueden vislumbrarse: una más explícita se encuentra en una de las cartas de Le Corbusier a Curutchet, donde transmite su interés por el contenido social que implica hacer la casa de un médico con su lugar de trabajo, es decir su consultorio. Por otro lado, un motivo más implícito supone el interés del arquitecto en elaborar un plan para la ciudad de Buenos Aires, considerando que la ejecución de esta obra facilitaría el camino.
Le Corbusier conocía Argentina y la ciudad de La Plata por un viaje realizado en 1929, invitado por Victoria Ocampo desde la “Asociación Amigos del Arte”, pero nunca viajó al país durante el transcurso de la obra. La dirección técnica de la Casa fue encomendada por sugerencia de Le Corbusier al Arq. Amancio Williams, uno de los más prestigiosos impulsores de la arquitectura moderna en Argentina, autor de un emblema de esas ideas, la Casa del Puente, en Mar del Plata. La correspondencia epistolar fue el medio de comunicación entre la trilogía Curutchet, Le Corbusier y Amancio Williams, lo que permite tener registros de los intercambios entre todas las partes. La impronta principal de la dirección de Williams -quien trabajó sin percibir ninguna retribución económica, por el honor que significaba para él tener la oportunidad de construir una obra de su maestro- es el planteamiento de toda la estructura. Williams tuvo un trabajo de intérprete y una gran influencia en el desarrollo final del proyecto, a través de modificaciones, correcciones o cambios de escala, siempre consultados con Le Corbusier, como la rotación de 180º de la escalera y la elevación del hall de acceso para darle una mayor luminosidad a la planta baja. En 1951 Williams es despedido por Curutchet, ya que consideraba que había transcurrido demasiado tiempo para el avance en las obras. El siguiente director de obra fue el arquitecto local Simón Ungar, quien se encargó del completamiento de la cáscara edilicia. Ungar también aportó modificaciones importantes en la ejecución de la obra, como la escalera caracol que se encuentra en el descanso de la rampa y los escalones alargados que están en el ingreso, para salvar la altura entre la vereda y el arranque de la casa. Finalmente, el ingeniero Alberto Valdez termina la obra, principalmente con las instalaciones.
La constitución de la Casa da cuenta de un trabajo en equipo entre el autor de la obra y sus tres directores e intérpretes, cuya tarea resultó de suma importancia en la constitución y concresión de la misma. En esta vivienda se ven plenamente reflejados los principios característicos de la arquitectura moderna que proponía Le Corbusier: planta libre, terraza jardín, aventanamientos horizontales y fachada libre. El punto más trascendente e innovador con respecto a la vida cotidiana en la casa es el de la terraza jardín, que no significa una quinta fachada como propuso en otras obras, sino integrada dentro de la caja de arquitectura, y especialmente con la recepción ubicada en el primer piso. Esto logra varios beneficios al mismo tiempo: permite que los principales espacios de la casa tengan las mejores vistas y las mejores orientaciones. A través de los parasoles y el árbol que emerge desde el interior de la casa, los rayos solares en época de verano son moderados, y en pleno invierno el sol llega hasta el muro medianero del fondo hasta las tres o cuatro de la tarde.
En 2015 se cumplen 60 años de la inauguración de la Casa Curutchet y el público puede recorrerla como si fuera en su estado original. Hasta el año último presentaba señales de deterioro, pero gracias a las obras de puesta en valor y restauración edilicia realizadas en los últimos meses de 2014 por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, junto con la colaboración de la firma Tersuave a través de un asesoramiento técnico y el aporte de sus pinturas y productos, esta emblemática construcción, única obra del suizo-francés en el continente, vuelve a presentarse como un gran atractivo turístico de La Plata y especialmente como una meca de peregrinación de los arquitectos de todo el mundo. Más información www.tersuave.com.ar
Jorge Polo, Julio Santana, Pablo Bruera, Alejandro Luccelli, Enrique Madia |
Arq. Julio Santana: “La casa Curutchet es el eje de múltiples expresiones de arquitectura, cine, fotografía, teatro y danza”
Desde el año 2010, el arquitecto Julio Santana es Director de la Casa Curutchet y lleva a cabo una estrategia de puesta en valor integral, con el foco en tres ejes: “El primer eje que desarrollamos cronológicamente pone el acento en la cuestión cultural de la Casa, entendida como el marco para distintas expresiones arquitectónicas y de otras disciplinas artísticas como el cine, la fotografía, el teatro y la danza. Más allá de la célebre película “El hombre de al lado” –de Mariano Cohn y Gastón Duprat-, desde 2013 se han producido obras de teatro como “El espacio indecible”, dirigida por Roxana Aramburú y Nelson Mallach, que continuará en 2015 por su gran repercusión. También dio lugar a documentales como “La máquina de habitar” de Bruno Garritano, e intervenciones de danza como “Danzar el espacio” -realizado por la Escuela de Danzas provincial- o “Toma 3” de Proyecto en Bruto”. Santana agrega: “El segundo punto es el eje edilicio que aborda un proceso constante de puesta en valor. Actualmente se ha terminado la etapa de reparación y pintura de todas las superficies, donde hemos contado con el apoyo de la empresa Tersuave. Abarcó un trabajo de limpieza, remoción y reparación de las superficies interiores y exteriores de la Casa. Luego se realizó la imprimación y preparación de paredes y cielo rasos, para lo cual se recurrió a productos específicos de Tersuave para cada área. Respecto de las pinturas, se hicieron cateos de los colores enviados por la Fundación Le Corbusier en la anterior puesta en valor que data del año 2000. Cabe destacar que también se realizaron otras obras como la rehabilitación del sótano y la zona de servicio de la casa, incluyendo el lavadero y el baño, y están por terminarse el garaje, que eran sitios sin acceso al público durante los últimos veinte años.”
Julio Santana concluye destacando los pasos a seguir: “El tercer eje es el académico y tiene que ver con la creación de un centro de documentación alrededor de la Casa Curutchet y de Le Corbusier. Se trata de generar un espacio de investigación sobre la obra, la historia de la Casa y sus protagonistas. Para eso se repatriará toda los documentación original de la casa, que no está en Argentina, sino en ciudades como Boston –Universidad de Harvard- y en la Fondation Le Corbusier de París”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario